Puspa y otras mujeres de su familia se levantan a las tres de la madrugada para caminar media hora en busca de agua. Hace más de tres años que ellas, como el resto de los casi 700 habitantes de Methinkot se quedaron sin el agua que brotaba de las fuentes que tenían en las calles del pueblo. Puspa recorre durante media hora una zona llena de peligros para llenar los bidones en la única fuente que no quedó seca tras el terrible terremoto del 25 de abril de 2015.
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